Sonreír

Me cansé de escribir frases oscuras de madrugada, de pisar cada bar, cada calle regada por el abrasante olor del alcohol.
Me prometí que los grados no volverían a trepar hasta mi cabeza y creé mi propia terapia alternativa al dolor. Fue posible recomponerse, llegar a la cima que recorre las heridas, heridas marcadas en mi piel que abandonan la soledad. Quizá para muchos no tenga sentido, pero el destino se puede esquivar, el miedo se puede olvidar. Yo, lo sé. Tú, lo obvias.

Luchar, ese es el verbo que he escrito en cada pared de mi habitación, pues esta medicina trata de evitar la desilusión, caer, hallarse hundido en el fango de eso a lo que llaman depresión. Todo terminó, la vida me ha hecho encontrarme con la muerte y ahora me persigue, pero no me hallará.

Sé lo que nadie entiende, pero no entiendo lo que todos saben.

Sonreír es la otra clave.